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El siglo XXI

El siglo XXI comenzaba con una noticia no deseada por los carnavaleros, por problemas de seguridad y del lamentable estado en que se encontraba el Teatro María Luisa hubo que abandonara el que había sido testigo durante tantos años del concurso de comparsas. El nuevo escenario se traslada así inicialmente al nuevo Salón de Actos del Centro Cultural Alcazaba, espacio que no estaba precisamente adaptado para este tipo de espectáculos, pues aunque tiene un buen escenario no es el propio de un teatro pues hasta incluso carecía de telón. Además la falta de fondo a la sala, de acústica y de calidez hacía que las actuaciones en este nuevo enclave fueran más deslucidas.

No obstante actuar en este escenario no resultaba una novedad pues ya en el año anterior con la intención de que ekl concurso fuera visto por mayor público, cada grupo repetía su actuación primero en el “María Luisa” y después en el “Alcazaba”, idea que si bien tenía un loable fin, no cuajó pues la segunda actuación resultaba más fría por lo que este proyecto se abandonó tras dos ediciones (en la primera ocasión en 1998 se repitió en la sala Trajano).

Pero también este nuevo siglo comienza con una continuidad en el enfrentamiento político cada vez mayor con el Consistorio emeritense gobernado por el Partido Popular. Ya no solo en el año 2000 faltaba el martes como día festivo, sino que incluso se suprimió la instalación de la carpa en la Plaza de España.

Afortunadamente esta decisión se corrigió rápidamente y a partir del año siguiente se viene instalando la citada carpa como punto de encuentro carnavalero y centro neurálgico de las fiestas.

Otro aspecto positivo, a pesar del clima de hostilidades, era que la fiesta comenzaba a recuperarse lentamente. Asi en el año 2001 al organizarse unas charlas carnavaleras previas a la fiesta al menos sirvió para crear un clima favorable hacia la fiesta, pues por primera vez en varios años, las crónicas de la prensa local a la hora de hablar de nuestro carnaval no recogían como única noticia que si se había producido tal o cual enfrentamiento, el desarrollo de nuevas actividades populares como la carnavalada, la entrada de nuevos aires en la asociación con gente con ganas de trabajar para la fiesta, supuso que si bien el carnaval no resurgiese como muchos quisiéramos, al menos entrara en cierta fase lento pero paulatino crecimiento.

Aunque bien es cierto que el gran responsable de esa cierta recuperación la siguieron teniendo las comparsas, las cuales iban creciendo en calidad y sobre todo en calidad, lo que provocó la necesidad de tener que realizar semifinales previas, pues el número de agrupaciones era tal que era imposible que todas pudieran actuar en una sola gala.

Y es que nuestro concurso llegaba incluso a atraer a agrupaciones foráneas, primero de Calamonte, Montijo e incluso en esta nueva etapa de fuera de nuestra región, como son de la provincia de Huelva y Cádiz.

La ruptura con el ayuntamiento alcanza su mayor punto de inflexión en el año 2004, donde desde la Asociación se rompen totalmente las relaciones con el Consistorio, todo ello derivado desde un fuerte enfrentamiento entre miembros de su directiva con una Televisión Local fuertemente respaldada por el gobierno municipal.

Esta quiebra en las relaciones derivó a tomar la decisión desde la Asociación de organizar un carnaval paralelo, con una actuación en un nuevo recinto, en este caso el Hotel Las Lomas, un desfile paralelo en la noche del sábado, dos carteles anunciadores..en fin un cúmulo de despropósitos que el pueblo llano no acababa de comprender.

Afortunadamente, a partir del año siguiente, si bien las relaciones se mantenían frías con el Ayuntamiento, al menos no eran tan radicales y se llegó a cierto clima de entendimiento, recayendo a partir de ese momento la organización de prácticamente todos los actos del carnaval por parte de la asociación, lo que permitió seguir con la línea de estabilidad creciente de años anteriores.

A partir de 2005 el concurso se traslada al Palacio de Congresos, con el mayor auditorio que hasta ahora había albergado nuestro concurso (mil personas), y que se abarrotaba en la final y en casi todas las semifinales.

El concurso sigue madurando pero con una casi inevitable inspiración en el carnaval gaditano, lo que provocó que aquellas agrupaciones que quizás adolecían de más chispa o gracia, pero por el contrario destacaban más en su afinación y calidad de voces, se decantarán más por el estilo de lo que en Cádiz se le denomina a una comparsa.

Esto provocó cierta presión para que desde la organización se diferenciase entre las modalidades de comparsas y chirigotas, división que vio su luz finalmente, no sin cierto debate, a partir de 2008.

Los concursos de comparsas que desde 1.986 eran grabados por empresas de videos locales, pasan a ser retransmitidos primero por Televisiones Locales y después por Canal Extremadura, emitiendo la final en directo para toda la región desde el año 2008.

También a partir de ese año se puso como novedad pasar la final al jueves, lo que permitió liberar el viernes para dar más ambiente callejero desde el inicio del carnaval, pues se analizó que al estar todas las comparsas y sus adeptos en la primera noche del viernes en el teatro viendo la final, el ambiente de esa primera velada a primeras horas de la noche era inexistente, lo que invitaba poco a participar a los escasos espectadores para las siguientes noches. Este cambio, aunque supone un cierto esfuerzo a los comparsistas y chirigoteros que deben actuar en un día laborable, sin duda luego tiene un efecto positivo pues la fiesta empieza con una mayor animación callejera desde su inicio.

Otro aspecto positivo que contribuye a incrementar ese ambiente popular lo constituye el cantacalles, organizado desde los cazurros, actividad que consiste en actuar de manera programada las noches del viernes y sábado por las calles Santa Eulalia y aledaños por gran parte de las agrupaciones.

Si a esto le añadimos la carnavalada que se organiza desde la Marara, y en la que se sitúan tres pequeños escenarios fuera de la carpa donde actúan un buen número de grupos en la mañana del domingo, al que habría que añadir la supresión de todos los concursos de cuplés, popurris y pasodobles de la carpa, de alguna manera se está enfocando la fiesta a lo que siempre debiera haber sido, que no es otra cosa que sacarla a la calle y a abrirla al pueblo.
No debe olvidarse la contribución que hacen algunos grupos que se autodefinen como ilegales, por haber decidido no actuar en el concurso, y que estarían liderados por su antigüedad por los Chicos de Chunga y a los que hay que añadir a antiguos pilinguis, que con grandes dosis de afinación y grandes repertorios cada año cambian de nombre (Los Loros y Con Mucho Tacto, hasta ahora) y antiguos escocios que si ensayaran “algo más”, podrían ser una revelación del carnaval callejero popular e improvisado.

En cuanto al desfile ha ido creciendo notablemente en participación, tanto en calidad como en cantidad. Lamentablemente ese crecimiento obedece más a los grupos de fuera, pues la oferta local se limita a los incombustibles danzarines, al que afortunadamente se le ha añadido en los últimos años otro grupo de la Antigua. Si a nivel de grupos de desfile se consiguiese un nivel similar a los grupos de cante, sin duda estaríamos hablando de otro carnaval.

El talón de Aquiles sigue siendo el ambiente callejero, si bien cada vez hay más grupitos de amigos que deciden disfrazarse en conjunto, y cada vez son más las personas que aunque no se disfracen salen a la calle a mirar, lo que aunque no es lo deseable al menos contribuyen a dar ambiente.

Lo que no acaba de funcionar, ni dando comida gratis ni con martes festivo es el entierro de la sardina, actividad que debería ser objeto de análisis detallado y de reinvención.