Por el volumen de participación y por la capacidad de atraer público creo que el desfile, junto al concurso de comparsas y chirigotas, son los dos actos que gozan de mejor salud en nuestro carnaval, y por ello hay que cuidarlos y potenciarlos, para que vayan a más.
Respecto al desfile, si nos rememoramos a los primeros carnavales, consistía en un pasacalles donde la gente salía luciendo su disfraz para que el público les viera y pudieran deleitarse con su capacidad imaginativa.
Había disfraces individuales, por parejas y por grupos que trataban de sorprender son trajes críticos, graciosos y ocurrentes. No en vano estas personas participaban en un concurso, aspirando a una serie de premios de acuerdo por categorías.
A todo esto se le añadían algunas carrozas, destacando sobretodo las que sacaba el malogrado amigo Rodas (¡Qué pedazo de barco, sacó un año!).
En conclusión, grupos de pasacalles con tanta percusión y espectacularidad como ahora no había, pues aunque los danzarines ya existían, su formato no era tan “profesional” como ahora.
Y ahí estaban también las comparsas (entonces no se diferenciaban de las chirigotas) desfilando, o al menos saliendo en el desfile, porque lo que es desfilar, desfilar…
Siempre tuve la sensación que este tipo de grupos salían más por relleno, por hacer bulto, para que el desfile ganase en cantidad (que no en calidad). Aunque en alguna ocasión se introdujo un premio a la modalidad a la mejor comparsa desfilando, lo que provocó que algún que otro grupo se tomara su participación de manera más organizada (aunque de eso hace ya muchos años).
Pero el tiempo ha ido pasando, y mientras los grupos de pasacalles han ido ganando en cantidad, gracias a la participación de grupos de otras localidades (lástima que solo haya dos grupos locales), a la vez que en calidad, pues las coreografías y los disfraces, muy influenciados por el estilo del carnaval de Badajoz, son cada vez más impactantes.
Pero a la vez que el desfile ha ido evolucionando por ahí de manera muy positiva, la forma de desfilar de las comparsas y chirigotas ha ido degenerando paulatinamente hasta convertirse en un botellón andante.
Desfilar, no es andar con un cubata en la mano, con el traje hecho un desastre y sin maquillar. Eso es deslucir el desfile y causa muy mala imagen al público asistente, y por tanto flaco favor le hace a nuestro carnaval.
Hay quien dirá que para eso estamos de fiesta, para divertirnos y desparramarnos, pues esa es un poco la esencia del carnaval. Sin duda alguna estamos de fiesta, pero no nos confundamos, cada cosa en su momento y sabiendo lo que se hace. ¿Qué les parecería a las chirigotas y comparsas, que 4 o 5 tios se subieran pedos al escenario del Palacio de Congresos, desafinando canciones de la mili? Sin duda alguna señalarían que eso desluce y resta calidad al concurso. Pues en el desfile lo mismo.
La organización es consciente de ello, y estableció el año pasado (con acierto) que las comparsas y chirigotas solo podían salir en carrozas, de manera que si van bebiendo, la cosa quede algo más “disimulada”.
Pero en esta ocasión no se pueden sacar camiones, pues no pueden pasar por el tramo final del desfile, que será en la calle Félix Valverde Lillo. ¿Entonces? ¿Qué pasa con las comparsas y chirigotas? ¿pueden volver a salir desfilando, a riesgo de hacer un botellón?
Yo creo que al igual que un grupo de pasacalles no concursa en el Palacio de Congresos, las comparsas y chirigotas, con el formato actual de desfile, sobran.
No nos equivoquemos ni saben ni quieren saber desfilar, pues lo suyo es cantar, y en eso es donde hay que centrarse.
Yo sugeriría que no saliesen al desfile, y que durante ese tiempo fuesen improvisando un cantacalles, ya sea por el centro (conforme la gente vaya viendo el desfile, se iría contando con más público) o bien en los tramos del desfile antes de que estos vayan llegando, amenizando a la gente que está esperando.
En todo caso, si algún grupo desease salir al desfile, debería pensar para que y porque, pues para jartarse de cubatas está el botellón, la carpa y la calle, y ahí, no se desluce el carnaval. Es para pensarlo.