En 1827, parte de la flota de un bergantín español decide sublevarse, abandonar en tierra a su capitán, pasar a cuchillo a todos los que no se unieron al motín, y dedicarse como piratas a saquear barcos.
Después de varios asaltos, embarrancan en la playa de Torregorda, a medio camino entre Cádiz y San Fernando. Una vez en tierra y acosados por la autoridad, deciden ocultar el botín en la Playa de San José donde, tras ser apresados, quedó oculto.
El 3 de Junio de 1904, festividad del Corpus en Cádiz, los operarios de la almadraba que hacían zanjas en la arena para enterrar los desperdicios de los atunes, descubren unas monedas acuñadas en México en 1750 y 1755.
La noticia del hallazgo se extiende rápidamente por toda la ciudad y cientos de gaditanos acuden a la playa portando toda clase de utensilios para excavar.
En los carnavales del año siguiente, el conocido autor 'Tío de la Tiza' inmortaliza el suceso en un tango del coro Los Anticuarios.
Aquellos duros antiguos
que tanto en Cádiz dieron que hablar
que se encontraba la gente
en la orillita del mar
fue la cosa más graciosa
que en mi vida he visto yo.
Allí fue medio Cádiz
con espiochas;
y la pobre mi suegra
y eso que estaba ya medio chocha;
Con las uñas a algunos
vi yo escarbar,
cuatro días seguidos
sin descansar.
Estaba la playa
igual que una feria
¡válgame San Cleto!
lo que es la miseria.
Algunos pescaron
más de ochenta duros
pero más de cuatro
no vieron ni uno.
Mi suegra, como ya dije,
estuvo allí una semana
escarbando por la tarde
de noche y por la mañana;
perdió las uñas y el pelo
aunque bien poco tenía
y en vez de coger los duros
lo que cogió fue una pulmonía.
En el patio de las malvas
está escarbando desde aquel día.
que tanto en Cádiz dieron que hablar
que se encontraba la gente
en la orillita del mar
fue la cosa más graciosa
que en mi vida he visto yo.
Allí fue medio Cádiz
con espiochas;
y la pobre mi suegra
y eso que estaba ya medio chocha;
Con las uñas a algunos
vi yo escarbar,
cuatro días seguidos
sin descansar.
Estaba la playa
igual que una feria
¡válgame San Cleto!
lo que es la miseria.
Algunos pescaron
más de ochenta duros
pero más de cuatro
no vieron ni uno.
Mi suegra, como ya dije,
estuvo allí una semana
escarbando por la tarde
de noche y por la mañana;
perdió las uñas y el pelo
aunque bien poco tenía
y en vez de coger los duros
lo que cogió fue una pulmonía.
En el patio de las malvas
está escarbando desde aquel día.