En los tiempos que corren es un planteamiento casi obligado para las administraciones (y para los particulares) llevar a cabo una política de ahorro en sus actuaciones.
Ahorrar significa fundamentalmente dos cosas: ver que cosas son prescindibles para no continuar con ellas o ver como se pueden hacer las cosas de otra manera, con menor coste, pero con resultados similares.
En definitiva se trata de hacer lo mismo pero con menos, pero en ningún caso ese ahorro debe caer en el estrépito o la cutrez.
Desde el mundo del carnaval le "aconsejamos" al nuevo concejal que una de esas actividades que podría entrar en esa política de ahorro, podría ser el cartel del carnaval.
Para conseguir ese ahorro se le proponían varias alternativas; una de ellas era quitar el segundo premio, pues no tenía mucho sentido ese coste. Y otra reorientar el concurso a otra fórmula como podría ser convocarlo entre los alumnos de la Escuela de Artes o la de Diseño Gráfico, con una pequeña dotación en metálico (unos 300 euros), de modo que además serviría de estímulo a los chavales que están estudiando.
Otra opción si no se viables las anteriores, era que, utilizando material fotográfico de nuestro carnaval de otros años elaborado por fotógrafos profesionales de la ciudad, se elaborase una composición digna.
Todas estas sugerencias fueron valoradas por el ayuntamiento pero finalmente se decantó (creemos que por falta de tiempo) en elaborar ellos su propio diseño.
No era nuestra idea, pero aquí el que manda, manda. En cualquier caso se esperaba, si bien quizás algo no espectacular, al menos digno.
Cualquier cosa menos lo que se ha elaborado. ¡Pero si esto parece un cartel elaborado con Word, anunciando la oferta de sandías en el escaparate del Agonia!.
A mi ha habido carteles otros años que me han gustado más o menos, pero este...ni lo puedo calificar.
Ojalá me equivoque y esto no sea la premonición de más cutrerios futuros, por el bien de nuestro carnaval y los que amamos esta fiesta.