¿Que pasa con las chirigotas?
Así, a priori, parece que sacar una chirigota resulta más
“fácil” que una comparsa. Son necesarios menos componentes, no hay que hacer
tantos tipos de voces y aunque la afinación es importante, lo vital es la
gracia, y para eso hay muchos recursos.
En
cambio se supone que una comparsa debe disponer de músicos de un nivel óptimo; con
ello no quiero decir que en la chirigota no sea también este un aspecto
importante, pero lo cierto es que en la comparsa se necesitan más punteaos, más
adornos y florituras.
La
comparsa precisa de gente que sepa hacer diferentes tipos de voces, de un
director musical que sepa compactarlo todo y de sacar lo mejor de cada uno, y
por supuesto de un autor que transmita emociones, mensajes, en definitiva
contenido más allá de que bonita es la luna.
No
obstante, a pesar de ello, se viene observando como año a año, el número de
comparsas va creciendo mientras que el de chirigotas disminuye. Y esto ocurre
en nuestro carnaval, pues este año se producen dos bajas importantes, con la
ausencia de “los dientes” y los botellas”, a las que casi se les suma los
Cazurros, aunque afortunadamente continúan un año más en el candelero (hay
alguna chirigota al que no le sigo la pista, como por ejemplo “Los K ha costao”,
los cuales espero que sigan).
Y por
el contrario no se ha creado ningún grupo en esta modalidad, pues los bichos ya
era una agrupación creada desde hace varios años, si bien con carácter “ilegal”.
Este
fenómeno igualmente ocurre en el COAC de Cádiz donde el volumen de agrupaciones
en chirigotas son sensiblemente inferior al de las comparsas.
Realmente
esto se produce en el concurso, pues luego en la calle ocurre lo contrario,
sobre todo en Cádiz, con abrumadora presencia de chirigotas en el mundo ilegal
carnavalero. Bueno, y también en Mérida, donde las pocas agrupaciones que
prescinden del concurso son o chirigotas o cuartetos.