Todo apuntaba a que el carnaval de 2008 iba a ser por fin el del despegue definitivo. La nueva situación política municipal y por ende contar con el martes de carnaval festivo o la incorporación de una serie de novedades, como el adelanto de la final al jueves, la distinción entre comparsas y chirigotas o apostar en el programa por ampliar el espectro carnavalero hacia otros derroteros más allá de la copla, como era el concurso de drags-queens, debían ser argumentos suficientes para pensar que la fiesta por fin iba a lograr el impulso deseado por todos sus amantes.
Pero no todo iba a ser un camino de rosas, pues muy a nuestro pesar aparecieron determinados imprevistos que han ayudado a “descafeinar” en cierta manera esta nueva edición carnavalera.
Como primer punto negativo, ni que decir tiene, la inapropiada fecha en la que cayó en esta ocasión la fiesta. Y es que eso de tener casi unidos los turrones y la turuta, el disfraz de Papa Noel y el nuevo tipo, no le va bien a nadie. Su principal efecto ha sido una evidente bajada de nivel en las agrupaciones, a las que se les notaba cierta falta, no se si de ensayos, pero si al menos de elaboración y maduración de los repertorios. Pero bueno, aunque ya se sabe que mal de muchos…, para nuestro alivio esto también ha ocurrido en Cádiz, por lo que tampoco es para alarmarse; pero si debe de servir como toque de atención a nuestros autores, y que tengan presente que para años venideros hay que estrujarse más el coco a la hora de coger la pluma.
Otra mala noticia para el carnaval 2008, no sabemos si también consecuencia de lo apretado de las fechas, ha sido la masiva estampida de agrupaciones, algunas muy veteranas y de gran solera. Que los Pilinguis, la Carcajá, las J´otras, Tormentillas, Coge Aire y al Pilón no hayan salido este año (y algunas de ellas dudo que vuelvan a salir) sin duda es una pésima noticia.
Y por último el otro gran elemento negativo que ha aparecido y al que nadie le ha invitado, ha sido la molesta lluvia, que deslució tanto la noche del sábado y su cantacalles y el desfile del domingo. ¡Y es que esta fiesta debería celebrarse en Mayo por lo menos!
Pero está claro que no todo ha sido negativo, sino que afortunadamente ha habido grandes sorpresas y buenas noticias en nuestro carnaval.
Lo primero la llegada a nuestra familia carnavalera de nuevos grupos a los que se les ve sólidos y con ganas de dar caña, como las chirigotas de Los Pelones y Tangays y el grupo de desfile de Los Milagros (pues que se creen nuevos grupos siempre es una buena noticia).
Otro acierto ha sido el cambio de la final al jueves, permitiendo así “recuperar” la noche del viernes, aunque tengo la sensación de que no fuimos capaces de dar el suficiente ambiente a esa primera velada carnavalera. Este es un punto a mejorar para próximos años, pero de esto ya hablaremos largo y tendido.
El extraordinario éxito del concurso de drags-queens, que esperemos se mantenga este apoyo popular en futuras ediciones y lo de este año no sea un espejismo fruto de nuestro carácter novelero, la supresión del "paseillo botellonero" de las chirigotas y comparsas en el desfile del domingo y la salida masiva del pueblo de Mérida al entierro de la sardina, son síntomas inequívocos de que nuestro carnaval está muy vivo.
No obstante, no debemos conformarnos y mirarnos el ombligo, sino que debemos ser autocríticos y ver como se puede ir mejorando cada vez más, pues como decía al principio para mi ha sido un carnaval extraño. Creo que ha aumentado la participación con respecto a otras ediciones, pero tengo la sensación de que no ha sido suficiente, quizás por que yo esperaba más.
Pero por supuesto no debemos caer en el desánimo, sino que hay que seguir trabajando por hacer nuestro carnaval cada vez más grande.
De momento contamos con tres años de apoyo municipal, como mínimo, pero no debemos olvidar que la tarea de engrandecer el carnaval romano es responsabilidad de todos.