Videoteca: Se echa de menos

Se echa de menos






Aunque
ya ha llovido mucho desde entonces, lo tengo grabado en mi memoria como si yo
hubiese sido hace poco.





Teatro
María Luisa, yo sentado junto a algunos compañeros de mi chirigota (entonces se
llamaban comparsas) expectantes a que saliese a actuar un grupo de Cádiz que
por vez primera íbamos a ver en nuestra ciudad.







Comentábamos
entre chascarrillos a ver que tal se les iba a escuchar, pues aunque muchos
añoramos de manera endiosada la época del María Luisa, por aquellos años eran
muy habituales escuchar quejas acerca de la sonoridad del teatro: que si los
micros se acoplaban, que si no se escuchaban los retornos, que si no se
entendían las letras, y bla, bla, bla … la misma historia de siempre.





Y de
repente se abre el telón y con un par de micros y 8 o 9 tíos solo a ritmo de
caja y bombo, o lo que es lo mismo ¡sin guitarras! inundaron de arte carnavalero
el patio de butacas. Y es que señores estábamos viendo a “Blancanieves y los
siete enanitos”, la chirigota de los hermanos Carapapa (entonces se les conocía
por los hijos del Carapapa), que empezaban sus primeros pinitos en categoría de
adultos (ya llevaban tres años) emulando el modelo de chirigota antigua a ritmo
solo de percusión.





Este
que les escribe y sus acompañantes mientras nos mirábamos con la boca abierta,
sentíamos lo que ya sospechábamos: que esto del carnaval de Cádiz era otro
mundo.





A partir
de ahí fueron numerosas la intervenciones de agrupaciones gaditanas: el Selu
con sus borrachos, Martínez Ares con la Ventolera, un magnífico cuarteto del Gómez
vestidos de romanos con faldas hechas de corbatas y peto de latas de cervezas,
el Sheriff con su tipo de guardias civiles, los Parias de Juan Carlos Aragón,
varios años del Canijo (al que casi le hacemos hijo adoptivo), la gente del
Love, el Yuyu, el Vera, etc, etc.





Los
lugares de actuación pasaron del María Luisa, al Trajano y como no al siempre
añorado DT, discoteca señera de cuando Mérida tenía “vida”.





Señores,
si hasta el Selu eligió esa discoteca para grabar una edición especial de sus actuaciones.





No
puedo dejar de recordar aquella maravillosa gala del verano del 2002 que
organizaron los cazurros por su aniversario, y que contamos con la presencia de
los alegres divorciados (hoy metidos en la saga Guatifó), chirigota ilegal con
la que te “jartas de reir”.





La
verdad es que se echa de menos aquello, pues desde hace tres años, en los que
gracias a los Como Tu (y si me permiten, en especial a la intervención de
Osuna) pudimos disfrutar del Vera, el Yuyu y J.C. Aragón (¡total ná!), la
pasividad carnavalera que últimamente nos envuelve, también se ha extendido a
promover este tipo de espectáculos.





¡Pero
que le pasa a la gente! ¿hay alguien ahí? ¿No hay nadie que se eche para
adelante? Si hasta el pueblo menos carnavalero del mundo está promoviendo actuaciones
de grupos de Cádiz. Aquí ¿qué? ¿Ya no nos gusta?





En
fin, no se, quizá tendremos que conformarnos con ir a Badajoz y Fuente de
Cantos para matar el gusanillo… y por supuesto siempre nos quedará el youtube.





¡Qué
pena! 
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